ANA + ALBERTO

No he podido evitar emocionarme una y mil veces mientras editaba este reportaje. Siempre le digo a las parejas, que es la actitud la que hace los buenos reportajes, nosotros sólo lo recogemos con nuestra cámara. Sin duda su boda es un ejemplo de actitud, aunque puede palparse que nada es impostado, que no hay esfuerzo en ello, porque desde la primera lágrima al último beso salen del alma.


La historia de Ana y Alberto es especial por muchos motivos, pero si tuviera que destacar algo en ella es la raza y el empeño en defender el derecho a amar y ser amado.


Especialmente a ti, Ana, con quien he charlado tanto de mil cosas que nada tenían que ver con la boda (nada y todo a la vez), decirte que te admiro por tu valentía y tu entereza, que las luchadoras como tú merecen la felicidad. Que aunque a veces sea un camino duro, la vida acaba por recompensarte, y que el amor que has dado hasta ahora es todo el que vas a recibir de aquí en adelante. Por ti, y por todas las mujeres que como tú han probado lo amargo para después saborear lo dulce del amor verdadero. Os quiero a ambos.