Ellos son Marta y Javi. Una pareja que un año antes de su boda me llamó con toda la ilusión que cabe en este mundo porque querían que servidora narrara su enlace. Tras de sí llevan una historia preciosa de años de noviazgo y toneladas de complicidad, algo que transmitieron desde la primera caña que compartimos. De modo que desde entonces hasta ahora he tenido el privilegio de compartir decenas de momentos a su lado que hoy ya van más allá de nuestra relación pareja-fotógrafa. Porque a veces tenemos la suerte de que tras sus bodas, personas como ellos se queden en nuestras vidas para siempre.
Tuvimos el lujo de la ceremonia en la preciosa Colegiata de Cervatos, un día loco de Mayo de estos de Cantabria, que comenzó con lluvia y frío para más tarde dejarnos disfrutar del sol en la fiesta. Marta llevaba un vestido precioso de Vanessa Novias (Reinosa) y un ramo maravilloso que arrancó sus primeras lágrimas de manos de Tere de Natura Flores y Plantas. Peluquería y maquillaje vinieron de manos del impecable trabajo de Piero Ghare, que siempre es garantía de éxito. Tras la ceremonia, banquete y fiesta se celebraron en la Casona de las Fraguas, una finca para caerse de espaldas por su entorno, pero sobre todo por su atención, su personal y esa delicada forma de hacer que todo sea perfecto sin que se note aparentemente el esfuerzo de todo un equipo curtido en esto de las bodas y la restauración. La sesión de pareja se realizó en el Palacio de los Hornillos, exteriores y caballerizas. Un lugar lleno de luz y magia que la Casona nos permitió emplear para estas fotografías.
La fiesta sin duda para mí fue un regalo porque como digo en estos casos, con personas como ellos "juego en casa". Así que anda más puedo pedir más allá de tenerlos a mi vera mucho tiempo.
Con vosotros Marta y Javi.
