Ruth Díaz, actriz. Sin exclamaciones, ni adornos. Lo esencialmente bello no precisa artificio.
Cuando una conversación comienza con un "¿Qué te parecería si...?" y termina al instante en un "¡Por supuesto!", poco más se puede pedir salvo que la otra persona sea así de accesible y por qué no, "tremendamente fotografiable".
Ya en su día dije, y me reafirmo hoy, que Ruth es probablemente la mujer más hermosa que he tenido ante mi objetivo. Desde mi subjetividad, y a través de un montón de sensaciones que trascienden al rasgo y la facción, para mí Ruth es bella en su templanza y su cercanía, en su naturalidad, bella en su magnética personalidad. Hay algo difícil de explicar que seguro quien la conoce comprende, algo que se lee en cada una de las imágenes. Y lo que un día creí un reto se convirtió en algo sencillo y espontáneo.
Una mañana en el Casón de la Marquesa, en las Fraguas de Iguña, donde el maravilloso entorno del hotel y la increíble atención fueron inmejorables. Maquillaje de Rocío Mendes, peluquería de Sira Camacho, y estilismo de Carmen Cuesta con vestidos de Elisabetta Franchi, Matilde Cano y Twin Set.
Hace ya unos meses de esta maravillosa sesión. Hoy Ruth se pone el mundo por montera y yo desde aquí aplaudo sus éxitos sabiendo que el triunfo está en sus manos.
